No hace falta introducir en qué consistió la Guerra Civil Española. Una lucha cruenta y total alimentada por muchos años y que tarde o temprano se contemplaba su acontecimiento, y quizás por ello se vió en su desmesurada destrucción y atrocidad, aunque esto nunca servirá de motivo para lo que ocurrió. Fueron muchos años, siglos incluso, de confusión y cierta inestabilidad desde que España empezara a perder su hegemonía mundial que había ganado con el descubrimiento de América, cuyo colofón se observa en los acontecimientos bárbaros y sanguinarios que rodearon este malogrado evento.
Imagen real de la Guerra Civil Española (original aquí)
Las consecuencias fueron fatales en términos de pérdidas humanas y materiales, pero cabe analizar las causas y antecedentes que hicieron que este cruento suceso aconteciera. Se procede de un primer tercio de siglo inestable política y socialmente hablando con la monarquía absoluta de Alfonso XIII y la posterior dictadura de Miguel Primo de Rivera, además de la II República. Sus gestiones no contentaron a unos ciudadanos a los cuales tanto factores internos como externos a la economía y política española estaban afectando, como fueron el crack bursátil del año 1929 y el auge de movimientos radicales como el fascismo, favoreciendo las dificultades económicas de los habitantes y la polarización, respectivamente.
Además, las necesidades básicas de la población tampoco se ven satisfechas en líneas generales, y tampoco las reformas políticas que agradan a unos por contra de otros. Es así como se va formando una 'bola' cada vez más grande pero a la vez muy frágil, por lo que cualquier acontecimiento que tuviera cierta relevancia social podría causar represalias tan graves como la iniciación de una guerra, que finalmente acabó estallando en el año 1936 por un intento de golpe de Estado del bando sublevado, y que se prolongó por casi tres largos y duros años en los que batallaron dos bandos beligerantes: los nacionales o sublevados por un lado, liderados por el general Francisco Franco y apoyados internacionalmente por las fuerzas del Eje como Alemania, Italia y Portugal; y por otro lado el bando republicano, apoyados por la URSS y las Brigadas Internacionales.
Imagen de uno de los típicos paseíllos en la Guerra Civil Española (original aquí)
También son de sobra conocidas las consecuencias económicas de este conflicto bélico; en resumidas cuentas, el periodo posterior de autarquía que vive España sintetiza completamente tanto el rechazo del exterior como el proteccionismo instaurado con el final de la guerra. Aun siendo un gran tópico dentro de esta materia, en este tipo de conflictos no hay vencedores, pero es que en este evento más que en ningún otro en su escala se confirma viendo los resultados arrojantes. Un vehículo cruel pero tristemente visionado dadas las circunstancias que lo preceden.
Más que profundizar en los hechos que acaecieron en este acontecimiento, con esto se pretende reflexionar acerca de que nuestro mayor enemigo puede que se encuentre en muchas ocasiones dentro de nosotros mismos, y con ello se deben gestionar los problemas e inentendimientos de una manera pacífica, organizada y sosegada sin llegar a la violencia. Porque muchas veces no se piensa en las consecuencias de nuestros actos, y más si los realizamos sin pensamiento previo, prendidos por sentimientos como la ira y la furia que se apoderan de nuestro ser y estar. Claro que siempre es difícil que todo el mundo esté de acuerdo; que difícil, es imposible, pero no se deben superar ciertos límites por el bien propio y el de todos, y hay que aprender a tolerar y convivir con otras ideas establecidas.
Batalla del Ebro (original aquí)
En el caso contrario, este tipo de masacres nunca dejarán de ocurrir; ya sea en un lado o en otro, por mucho que lo neguemos. Es por ello que esto, siendo sus daños irreparables en la historia y sus anales, no sirve más que de aprendizaje para situaciones futuras semejantes que se le presenten a nuestro país. Es difícil actuar de la manera más correcta cuando la situación no es la más idónea, y más cuando se atraviesa una difícil situación económica, política y social al mismo tiempo.
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